Un buen envase constituye una herramienta de marketing de primer orden. Dos de cada tres consumidores se deciden a comprar un nuevo producto cuando el packaging llama su atención, además varios estudios han demostrado que nuestro cerebro no tarda más de seis segundos en decidir incorporar este producto a la cesta de la compra.

Por esto, un buen diseño es clave para que un producto entre en los hogares de los consumidores, pudiendo generar un retorno de inversión 2,5 veces superior a lo invertido en acciones de marketing de otro tipo.

Lo cierto es que el envase es el único elemento de marketing que entra en la casa del consumidor y se mantiene hasta que el producto se agota o se tira. ¡Ningún anuncio publicitario tiene una presencia tan alta ni duradera!

Es por todo esto, que os vamos a hablar de las ventajas de invertir en un buen packaging para vuestro producto:

1. Genera demanda:

Un buen diseño consigue llamar la atención del público, aumentando el interés por obtenerlo. La creatividad juega un papel muy importante en este punto, y es que cualquier producto puede llegar a tener un envase innovador de alguna manera. ¿No os gustaría tener estos paquetes de pasta en vuestra cocina?

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2. Mejora la identificación:

La diferenciación hace más fácil para el consumidor identificarlo de un vistazo y hacer más sencillo el acto de escogerlo para su compra. ¿Quién podría confundir estos envases de zumo con los envases tradicionales en la balda del supermercado?

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3. Reducción de costes:

Mejorar el material del packaging de nuestro producto puede suponer a la larga un gran ahorro de costes, esto sin contar el beneficio social de crear envases sostenibles, lo cual también da muy buena imagen de marca, pues es un gran valor añadido, una de esas «modas» que han venido para quedarse.

 

4. Mejora de resultados por promoción:

Si tus productos son de temporada, puedes aprovechar las semanas o meses clave para introducir diseños exclusivos, conectando con los clientes. El diseño, acompañado de una promoción, aumenta el atractivo del producto.

 

5. Aumento del valor del producto:

Si un producto que nos entra por los ojos y lo identificamos con valores positivos, solemos estar dispuestos a pagar un precio mayor. Como ejemplo, muchos pagarían un poquito más por ir «desdentando» esta cajita de chicles que por el mismo producto en un envase convencional:

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6. Fidelidad del cliente:

El cliente no solo es fiel al producto, sino a su modo de presentación y a sus valores de marca.

 

 

Desde nuestro punto de vista, solo podemos decirte una cosa: ¡distínguete!  Y, para ello, confía en profesionales y creativos que te aconsejen para sacarle el mayor partido a tu producto.

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