1. Logotipo casero o poco profesional

Muchas empresas, especialmente las pequeñas, optan por realizar su propio logotipo, “porque tienen un cuñado que controla algo de Photoshop”.
Pero diseñar un logotipo no es fácil, requiere de conocimientos de diseño, comunicación, marketing, y saber utilizar los programas adecuados para que el logotipo sea adaptable y escalable a diferentes soportes y formatos.

 

2. Tu logotipo fue una moda pasajera

No te dejes llevar por las modas. Flat design, lettering, diseño retro… Salvo que alguna de ellas refleje a la perfección los valores de tu marca, nunca diseñes tu logotipo en función de las tendencias del momento, porque éstas duran cada vez menos y muy pronto se verá anticuada.

 

3. Tu empresa ha evolucionado

Si empezamos con una cafetería de barrio y llegamos a ser una cadena de locales, es muy probable que el logotipo deba renovarse para representar mejor la nueva identidad de tu empresa.
Lo mismo sucede si tu compañía cambia de rumbo.
Aquí tenemos el ejemplo de la conocida marca Avon, que evolucionó desde un pequeño negocio de venta de libros a una gran marca de cosméticos puerta a puerta.

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4. Hacer un lavado de cara de la empresa

Un problema de reputación puede lavarse cambiando por completo la identidad de tu empresa, haciendo que te vean de manera renovada. También puede ayudar a cambiar la imagen que el consumidor tiene de nuestros productos.
Por ejemplo, si nuestra empresa se asociaba con productos caros y cambiamos nuestras políticas de precios, hacer un cambio en la identidad corporativa que transmita nuestros nuevos valores nos será de gran ayuda para llegar a nuestro público objetivo.

 

 

Sea como sea, el diseño de un logotipo debe llevarse a cabo contando con profesionales de este ámbito. Si al leer este artículo, te has sentido identificado en algún punto, ¡te animamos a contactar con nosotros! Puedes ver algunos de nuestros trabajos de identidad corporativa en nuestra web www.oklok.es